El oro blanco es una aleación metálica que se obtiene al mezclar oro puro con otros metales de tono claro, como plata, paladio o níquel, para obtener una apariencia plateada o “blanquecina”, muy apreciada en la joyería artesanal. En su estado natural, el oro es de color amarillo dorado, por lo que la tonalidad blanca se logra únicamente mediante esta combinación.
Por ejemplo, una fórmula común es juntar oro y níquel, o bien oro, paladio y plata, dependiendo de la aleación elegida. Además, muchas piezas de oro blanco reciben un recubrimiento de rodio para potenciar su brillo y proteger la superficie.
Esta combinación cumple dos funciones: Por un lado, ofrece una estética distinta al oro amarillo tradicional; por otro, hace que el metal sea más resistente al uso cotidiano, lo cual es clave para joyería.
Características del oro blanco
Una de las ventajas del oro blanco es su versatilidad estética, su tono neutro lo hace muy adecuado para combinar con distintas piedras preciosas (diamantes, zafiros, etc.) y para estilos modernos de joyería.
Desde el punto de vista técnico, al incorporar metales más duros en la aleación se mejora su dureza respecto al oro puro, que es demasiado blando para fabricar piezas robustas de uso diario. Por ejemplo, determinadas aleaciones de oro blanco con níquel son especialmente resistentes y apropiadas para anillos, que suelen recibir más desgaste.
Sin embargo, es importante saber que no todo el “blanco” es igual, la composición precisa de la aleación (porcentaje de oro, tipo de metales añadidos, grosor del recubrimiento de rodio) puede variar, y eso afecta tanto al color, al coste como al mantenimiento.
Por qué es tan apreciado en joyería el oro blanco
La apreciación del oro blanco en joyería proviene de varios factores:
- Estética contemporánea: Su acabado plateado‑blanco transmite una sensación de sofisticación moderna, especialmente adecuada para diseños minimalistas o que buscan contrastar con gemas llamativas.
- Combinabilidad: Al tener un tono neutro, permite que otros elementos del diseño destaquen —por ejemplo, un diamante central o piedras de colores— sin “competir” cromáticamente con la montura.
- Durabilidad mejorada: Como ya se ha mencionado, al alearse con metales blancos más duros se obtiene una pieza de joyería más apta para el uso frecuente, lo que añade valor práctico.
- Alternativa al platino: En algunos casos, el oro blanco se posiciona como una opción más accesible que el Platino (que es naturalmente blanco y muy costoso), ofreciendo muchas de las ventajas visuales a un precio más moderado.
- Valor percibido: El hecho de que siga siendo “oro” (aunque aleado) aporta prestigio, y la terminación blanca atrae a un público que quiere algo diferente al oro amarillo tradicional.
Qué tener en cuenta al comprar joyas de oro blanco
Cuando adquieres una joya de oro blanco, conviene fijarse en varios aspectos para asegurarte de que obtienes una pieza de calidad:
- Talla o ley (quilates) del oro: Muchas piezas de oro blanco están en 18 K (75 % de oro) o 14 K, lo que afecta al precio y a la durabilidad.
- Tipo de aleación/metales añadidos: Saber si incluye níquel, paladio u otros puede influir en alergias o en el acabado final.
- Acabado de rodio: Si la pieza está recubierta con rodio, ese recubrimiento puede desgastarse con el tiempo, haciendo que la parte “blanca brillante” pierda intensidad o se note el color base de la aleación.
- Mantenimiento: El recubrimiento o la propia aleación pueden requerir mantenimiento o repaso para conservar su apariencia óptima.
- Compatibilidad con tu piel y estilo de vida: Si usas la joya a diario o tienes piel sensible, conviene mirar que la aleación sea de metales “hipoalergénicos” (por ejemplo sin niquel).
Cuidados de una joya de oro blanco
Para que una joya de oro blanco conserve su brillo y belleza, te recomiendo cuidar de la siguiente manera:
- Evita exponerla a productos químicos agresivos (como limpiasuelos, cloro de piscinas, perfumes fuertes) que puedan afectar tanto el rodio como la aleación base.
- Guárdala separada de otras piezas que puedan rayarla: aunque más dura que oro puro, sigue siendo un metal precioso que se puede marcar.
- Si notas que el brillo “blanco” disminuye o aparece un tono más amarillento debajo, considera llevar la pieza a un profesional para revisar el recubrimiento de rodio.
- Realiza limpiezas periódicas suaves (agua tibia, jabón neutro, cepillo de cerdas suaves) y sécala bien.
- Consulta con el joyero si la aleación contiene níquel o metales que podrían provocar irritación si tienes piel sensible.
Usos del oro blanco en joyería
Las piezas de oro blanco son muy populares en anillos de compromiso, alianzas, pendientes con piedras preciosas e incluso relojes de lujo. Su tono neutro permite que las gemas brillen sin “ruido” cromático alrededor, lo que las convierte en una opción muy estilizada. Además, en diseños minimalistas o “contemporáneos”, el oro blanco aporta elegancia discreta que se adapta tanto al día como a la noche.
Preguntas frecuentes sobre el oro blanco
- ¿El oro blanco es oro “real” o solo un recubrimiento?
Sí, es oro “real”: cuando se habla de oro blanco se refiere a una aleación que contiene oro puro (aunque no al 100 %). No se trata únicamente de un baño superficial de otro metal sobre latón u otro material barato. Debes asegurarte de que lleva el sello correspondiente (como “750” para 18 K) y que el vendedor especifica la aleación.
- ¿Se vuelve amarillo con el tiempo?
No exactamente. Lo que puede ocurrir es que el recubrimiento de rodio —que da ese blanco brillante— se desgaste y entonces se vea el color base de la aleación, que puede tener un tono levemente más cálido. Con el mantenimiento adecuado, puedes conservar el aspecto blanco durante mucho tiempo.
- ¿Es más cara la joya de oro blanco que la de oro amarillo?
No necesariamente. Dependerá de la cantidad de oro puro (quilataje), la complejidad de la pieza, los metales añadidos en la aleación y el acabado. A veces el oro blanco cuesta un poco más por el trabajo adicional del recubrimiento, pero en otros casos el oro amarillo puede estar al mismo nivel. Lo importante es fijarse en la ley, el diseño y los materiales.
- ¿Puedo llevarla todos los días sin riesgo?
Sí, muchas joyas de oro blanco están diseñadas para uso diario. Gracias a su aleación más resistente y al recubrimiento, aguantan bien el desgaste. Eso sí: conviene cuidar bien la pieza (como se explicó arriba) para que mantenga su brillo y para minimizar rayaduras o desgaste del rodio.
- ¿Es mejor el oro blanco que el platino?
No es cuestión de “mejor” de forma absoluta, sino de opciones distintas: el platino es un metal naturalmente blanco y muy duro, con un coste superior en la mayoría de los casos. El oro blanco ofrece una alternativa más asequible que imita el tono blanco‑plateado del platino, con buen rendimiento para joyería fina. La elección dependerá del presupuesto, del estilo deseado y del mantenimiento que estés dispuesto a asumir.





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